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Si alguien me pregunta a modo de encuesta o a modo de pregunta de debate sobre cuáles son los valores más importantes de una persona o personas o de una sociedad en general, respondería con celeridad y claridad: Honestidad, Humildad y Transparencia.
El Real Madrid ha construido su historia sobre estos 3 pilares básicos (además de otros muchos valores asociados al trabajo). Sin embargo, no está construyendo el futuro en base a los mismos. El actual presidente así lo proclamó en su segunda etapa en el mandato: "Recuperaremos los valores del Real Madrid". Pero nada es lo que parece. Asisto anonadado a los múltiples mítines que el Sr. Pérez otorga a la masa madridista, todos ellos cargados con palabras melódicas y bien sonantes, que no hacen más que engañar y embaucar a la masa social madridista, pero que están carentes de sustento racional. Como comunicador el Sr. Pérez no tiene precio.
Además de aquella frase antes indicada, recuerdo otra aún más sangrante: "Recordemos que YO he sido la persona que ha hecho el fichaje más caro en la historia del fútbol". Mal empezó el Sr. Pérez, porque la soberbia y el ego son dos valores que no cuadran con la filosofía histórica del mejor club del siglo XX. Por lo tanto, lo que se presumía como una nueva etapa de humildad y honestidad, se está convirtiendo en una etapa de tiranía y soberbia.
Y es que esos valores se demuestran en cada actuación institucional. A día de hoy el club está humillando a un trabajador con contrato. Se trata del entrenador. "A partir de ahora debemos pensar en una situación nueva para el futuro", comentaba Valdano después del último partido de Liga del equipo en Málaga. Y todo esto bajo la bandera de "proyecto". Actuación lamentable, brutal, desconsiderada y soberbia hacia el trabajo de una persona.
¿Qué puede ocasionar esto? Si el Real Madrid se ha caracterizado por algo a lo largo de su historia, es por su poder de atracción. Daba igual en que situación deportiva estuviera, que cualquier profesional deseaba trabajar en la casa blanca. Sin duda, esta situación esta dando un giro de 360 grados. ¿Quién va a querer trabajar para una institución en la que se vive el apocalípsis en cada segundo? No sólo no estamos recuperando valores, sino que estamos destruyendo la esencia del club. Preocupante, muy preocupante.
El Real Madrid ha construido su historia sobre estos 3 pilares básicos (además de otros muchos valores asociados al trabajo). Sin embargo, no está construyendo el futuro en base a los mismos. El actual presidente así lo proclamó en su segunda etapa en el mandato: "Recuperaremos los valores del Real Madrid". Pero nada es lo que parece. Asisto anonadado a los múltiples mítines que el Sr. Pérez otorga a la masa madridista, todos ellos cargados con palabras melódicas y bien sonantes, que no hacen más que engañar y embaucar a la masa social madridista, pero que están carentes de sustento racional. Como comunicador el Sr. Pérez no tiene precio.
Además de aquella frase antes indicada, recuerdo otra aún más sangrante: "Recordemos que YO he sido la persona que ha hecho el fichaje más caro en la historia del fútbol". Mal empezó el Sr. Pérez, porque la soberbia y el ego son dos valores que no cuadran con la filosofía histórica del mejor club del siglo XX. Por lo tanto, lo que se presumía como una nueva etapa de humildad y honestidad, se está convirtiendo en una etapa de tiranía y soberbia.
Y es que esos valores se demuestran en cada actuación institucional. A día de hoy el club está humillando a un trabajador con contrato. Se trata del entrenador. "A partir de ahora debemos pensar en una situación nueva para el futuro", comentaba Valdano después del último partido de Liga del equipo en Málaga. Y todo esto bajo la bandera de "proyecto". Actuación lamentable, brutal, desconsiderada y soberbia hacia el trabajo de una persona.
¿Qué puede ocasionar esto? Si el Real Madrid se ha caracterizado por algo a lo largo de su historia, es por su poder de atracción. Daba igual en que situación deportiva estuviera, que cualquier profesional deseaba trabajar en la casa blanca. Sin duda, esta situación esta dando un giro de 360 grados. ¿Quién va a querer trabajar para una institución en la que se vive el apocalípsis en cada segundo? No sólo no estamos recuperando valores, sino que estamos destruyendo la esencia del club. Preocupante, muy preocupante.