Es difícil decirlo si es un deporte que te gusta, pero cada vez tengo más claro que el ciclismo se ha ido suicidando lentamente y acabará o muriendo, cosa un poco complicada porque siempre habrá seguidores o siendo un deporte que vaya siendo cada vez menos seguido.
He seguido este deporte desde que era crío y he podido ver el declive que ha sufrido. Todo comenzó en los años Post-Miguelón, en el año 1997 recuerdo un Tour muy vivo donde, aunque Jan Ullrich fue el campeón y apuntaba a ser un joven con una proyección increíble, para mi lo más destacado fue el equipo Festina. Yo pensaba en esos momentos "en este equipo todos son buenos"; todos los componentes eran muy fuertes en montaña y su líder, Richard Virenque, no ganó porque siempre ha tenido un handicap con la contrarreloj y ante un experto en la materia sucumbió.
Al año siguiente, entendí la realidad. El equipo Festina fue expulsado por "dopaje en equipo". El equipo de Manolo Saíz, La ONCE, abandonó por sentir un acoso hacia los equipos ciclistas. Ese fue el momento clave, donde el dopaje se destapó y el ciclismo decidió su futuro.
Me gustaría explicar que con el dopaje, lo que consigue un ciclista es una mejor recuperación entre etapas, por lo que consigue una mejora de resistencia con respecto al resto de corredores y eso es clave en este deporte. Desde 1998 hasta ahora, existe un cruce de acusaciones por parte de todos los vinculados. Para empezar los ciclistas se quejan de continuos controles y creen que están ante una caza de brujas. Los patrocinadores y equipos echan la culpa a los ciclistas que se dopan y niegan el dopaje sistemático por equipos (aunque existen varios directores detenidos por "ayudar a conseguirlo" a los ciclistas que quieran del equipo), los organismos antidopaje vigilan con mayor frecuencia debido al mayor número de casos que han ocurrido y los patrocinadores quieren equipos líderes para conseguir mejoras en su marca pero casos de dopaje les crea pérdida de calidad de imagen.
Estos últimos días hemos podido ver dos nuevos sucesos que manchan aún más la imagen de este deporte. Dichos sucesos son la inhabilitación a Alejandro Valverde, por presunto dopaje (sin haber podido demostrarlo) y el caso del "dopaje mecánico" que es llevar una bici con motor.
Lo primero, aunque es cierto que hay dudas sobre si Eufemiano Fuentes, el principal implicado en la Operación Puerto, también trató a Valverde, no se consiguió encontrar algo que le implicase, por lo que deberían seguirle con más detenimiento pero no se le puede acusar si no se ha podido demostrar.
Respecto al "doping mecánico" me parece una vergüenza que los propios deportivas e integrantes de este deporte le den este golpe, estando tan delicada su credibilidad.
Para concluír creo que todos los componentes del ciclismo deberían tratar de cambiar este deporte y hacerlo limpio de una vez por todas y terminar con todos estos problemas. Sino, seguirá perdiendo audiencia continuamente.
XY73KBPJGHZ4.
He seguido este deporte desde que era crío y he podido ver el declive que ha sufrido. Todo comenzó en los años Post-Miguelón, en el año 1997 recuerdo un Tour muy vivo donde, aunque Jan Ullrich fue el campeón y apuntaba a ser un joven con una proyección increíble, para mi lo más destacado fue el equipo Festina. Yo pensaba en esos momentos "en este equipo todos son buenos"; todos los componentes eran muy fuertes en montaña y su líder, Richard Virenque, no ganó porque siempre ha tenido un handicap con la contrarreloj y ante un experto en la materia sucumbió.
Al año siguiente, entendí la realidad. El equipo Festina fue expulsado por "dopaje en equipo". El equipo de Manolo Saíz, La ONCE, abandonó por sentir un acoso hacia los equipos ciclistas. Ese fue el momento clave, donde el dopaje se destapó y el ciclismo decidió su futuro.
Me gustaría explicar que con el dopaje, lo que consigue un ciclista es una mejor recuperación entre etapas, por lo que consigue una mejora de resistencia con respecto al resto de corredores y eso es clave en este deporte. Desde 1998 hasta ahora, existe un cruce de acusaciones por parte de todos los vinculados. Para empezar los ciclistas se quejan de continuos controles y creen que están ante una caza de brujas. Los patrocinadores y equipos echan la culpa a los ciclistas que se dopan y niegan el dopaje sistemático por equipos (aunque existen varios directores detenidos por "ayudar a conseguirlo" a los ciclistas que quieran del equipo), los organismos antidopaje vigilan con mayor frecuencia debido al mayor número de casos que han ocurrido y los patrocinadores quieren equipos líderes para conseguir mejoras en su marca pero casos de dopaje les crea pérdida de calidad de imagen.
Estos últimos días hemos podido ver dos nuevos sucesos que manchan aún más la imagen de este deporte. Dichos sucesos son la inhabilitación a Alejandro Valverde, por presunto dopaje (sin haber podido demostrarlo) y el caso del "dopaje mecánico" que es llevar una bici con motor.
Lo primero, aunque es cierto que hay dudas sobre si Eufemiano Fuentes, el principal implicado en la Operación Puerto, también trató a Valverde, no se consiguió encontrar algo que le implicase, por lo que deberían seguirle con más detenimiento pero no se le puede acusar si no se ha podido demostrar.
Respecto al "doping mecánico" me parece una vergüenza que los propios deportivas e integrantes de este deporte le den este golpe, estando tan delicada su credibilidad.
Para concluír creo que todos los componentes del ciclismo deberían tratar de cambiar este deporte y hacerlo limpio de una vez por todas y terminar con todos estos problemas. Sino, seguirá perdiendo audiencia continuamente.
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